domingo, 20 de noviembre de 2016

Quiero ser

Quiero ser guapa; sin maquillaje, sin pintalabios, sin hierros en la boca, sin ropa. Lo bonito está en el interior, no en el envoltorio. Pero a todos nos gusta ver algo bonito en el reflejo del espejo.

Es gracioso, hablo de mis ojeras como de la cama donde a veces duermo; tan grandes y yo tan pequeña. Los ojos como platos, negros como el carbón donde a veces se cubren de un mantón rojizo a causa de fuertes lluvias. Es complicado esconder un secreto con ventanas tan grandes sin cortinas.

Camino con una doble plataforma para no hundirme en los charcos cuando llueve; hace frío. El color negro atrae el calor pero siempre acabo con los pies destemplados, con las manos frías se toca muy mal el piano; al menos llego a los pedales. Me gusta Debussy porque me siento libre, como una mariposa posándose en cada tecla pero a veces necesitas recurrir a Bach para encontrarte encerrado entre los barrotes de un reglamento a seguir.

Quiero ser guapa. No sentirme inferior cada vez que hablo con otra mujer, cada vez que pienso en que mi maquillaje no es perfecto, no tengo esa sonrisa profident ni un metro setenta. Quiero mirarme la espejo sin pensar en unas caderas grandes, unos tobillos feos y un culo que no deja subir los pantalones pitillos a la primera.

Seguiré vistiendo de negro, con mis zapatos de doble suela y mi raya del ojo negra y rosa. Olvidaré peinarme todas las mañanas pero siempre oleré al mismo perfume francés. Seguiré midiendo medio metro y llevando mi bufanda de Slytherin porque un día llegarán las arrugas, los brazos fofos, las bolsas bajo los ojos y añoraré ser la niña de dieciocho años que se acomplejaba por tener un poco más de cadera de lo normal.


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