jueves, 6 de agosto de 2015

Bebe un trago.

Bebe un trago de su cerveza y sigue hablando.

Y pasan los días,
las horas,
los minutos
mirándole a los ojos.

Podrían sonar mil violines de fondo, un Nocturno de Chopin, un solo de Muse
podría sonar cualquier música, yo seguiría embobada escuchándole hablar.

Vuelve a beber de su vaso,
sonríe y sigue hablando.

Esta hablando sobre cómo se fabrica esa cerveza tan cara que habíamos bebido antes,
podría estar horas escuchándole callada, aprendiendo de él.
Aprendiendo del guiño de sus cejas,

Están sonando violines a la vez que escribo,

Giro a la izquierda y están las rosas,
amarillas
que me regalaste

Las muertas guardadas entre las botellas de cerveza que bebimos en Vitoria

Termina su vaso de cerveza y se levanta
se acomoda su pañuelo negro y marcha.

Me quedo sentada viendo cómo va caminando alejándose

Y de repente se gira
me mira
sonríe
y me hace un gesto para que vaya a sus brazos

siempre entre ellos

entre ti

entre tu pecho.

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