miércoles, 22 de abril de 2015

Para cuando estés.

Quizá debería reservarme más te quieros para mañana.
Para cuando te despiertes en el otro lado de la cama.

Quizá debería esperarme a sonreír
cuando estés delante,
cuando me mires a los ojos y me digas lo guapo que estás en el reflejo de mi iris.

Debería guardarme el ser feliz para cuando estoy contigo
cayéndome entre las olas
llevándose cualquier pequeño resto de infelicidad.
ahogando mi risa entre la sal.

Pero
muchas veces
olvido el pequeño (gran) detalle,
que estás siempre.

En cada canción,
entre mis sábanas, en las entradas de conciertos
en las paredes, las marcas de tus manos,
el olor de mi habitación.
en mi corazón.

Siempre presente.
Siempre.

Quizá debería aguantarme la felicidad para cuando estés a mi lado.
Y ser feliz todos los días.
Cada segundo.

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