domingo, 29 de marzo de 2015

El día que.

Llegará el día que me vea vestida con mi sonrisa. Desnuda de toda retórica, intentando ser un simple lienzo donde él trace las líneas entre peca y peca formando constelaciones.
El día que cualquier artificio sea suficiente como para desnudar tantas mentiras que contaban los versos de amor de aquellos poetas que decíamos

Y cuando llegue, que me encuentre dibujando la sonrisa que se te quedaba cada vez que hablábamos de recorrer en caravana Finlandia.

Tal vez me haya dado cuenta tarde que la necesidad de necesitar gente a nuestro lado es una mentira que nuestro cerebro nos inculca para evitarnos ser felices, para ponernos a prueba de hasta dónde somos capaces de dar sin recibir nada. Y quizá, yo dándote todo el amor del mundo, sea incomparable con el que desprendes tú.

Y llegarán los Domingos que no nos levantemos de la cama,
y el desayuno sea dormir abrazados hasta que anochezca.

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