martes, 5 de agosto de 2014

Entre paréntesis.

Y entre paréntesis te diré, que aun estando a horas de mi puedo seguir notando tu olor. Aún recuerdo la primera vez que te abracé y al volver a casa, al desnudarme noté cómo tu olor se había impregnado en mi ropa.
Recuerdo la primera vez que me besaste, me eché a reír. Sé que te acuerdas.
Ahora, cansada de añorar tus labios, el chocolate no satisface tal placer ni el pintar recordando la primera vez que me agarraste la mano.
Tan lejos y a la vez tan cerca de ti, me encanta mirar tu foto y ver lo guapo que sales.
Y es mirar el color de tus ojos y ver el mar tras ellos, tan transparente y sumergible en él.

Y entre paréntesis te diré, que aunque te fuiste y dejaste todo desordenado. Tu desorden me gusta, y echo de menos el caos que provocabas cuando te veía aparecer.
Aún tengo trozos del recuerdo de tu olor pegados en la pared.
Llegarán las cuatro de la mañana y seguiré haciendo el repaso de cada noche desde que te conocí hasta hoy, recordando cada lugar donde nos besamos y todas aquellas historias de marcharnos del país, huír a Venecia y vivir allí con un nombre falso.

Y cuando vuelva, Venecia no será tan bonita como tú y yo la imaginábamos. Haciendo el amor en un hotel de mala muerte, haciéndonos fotos en San Marcos o paseando en Góndola.
No sonará nuestra canción mientras camine por las estrechas calles, y tampoco me besarás en uno de los embarcaderos.

Apaga la luz, no quiero ver este desorden.




No hay comentarios:

Publicar un comentario