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lunes, 17 de febrero de 2014

Delegados.

¿Qué es un delegado? Alguien, a quien le cedemos nuestro poder. En quien delegamos el poder, valga la redundancia. 
Tenemos un delegado en nuestra clase, quien nos representa como clase, alguien a quien normalmente solemos dar nuestra opinión sobre temas comunes y se hacen unos votos. Suele ser alguien serio, responsable, en mi caso, es la primera de la clase. Muy responsable y podría decir que incluso la más lista.
Un delegado no sólo existe en nuestro ámbito de clase.
¿Qué son los políticos? Ellos también son delegados, cedemos nuestro poder en ellos pero, ¿en cada uno de ellos? ¿Qué es eso de que elegimos a un partido político y no a cada persona? Quiero decir, tú estás votando al pack de personas de cada partido político. En cambio en los pueblos eliges al alcalde, no al partido político de quien forma parte, es más, un mismo alcalde puede ir cambiando de partido político, pero sigue siendo la misma persona responsable que defenderá y proporcionará las medidas necesarias a su pueblo. Pero, ¿cómo es que tenemos que votar a todo el partido? ¿Por qué sólo hay que poner el nombre de ese partido? Y es más ¿Sabemos cada una de las medidas que ellos pretenden dar si les elegimos?
Nos venden la moto. 
Un partido político, por lo menos los de este país están fatal organizados. Pero fatal. ¿Cómo es que ponemos un ministro en sanidad que no es médico? ¿No sabrá más y mejor, un médico en su sector que un abogado?  Bien es verdad que a su espalda, tenga un equipo de gente especializada en cómo dirigirlo y cómo hacer bien las medidas necesarias. Porque tampoco es, que una sola persona asuma todo el cargo. Demasiada presión. Ya no hablamos de que esa persona sea la idónea, TÚ la has elegido. 
Como dijo Platón, En la política todos sabios y buenos. 
Sinceramente ¿Qué pinta un abogado, o es más, alguien sin bachillerato siendo ministro de educación? ¿Por qué no un catedrático? Qué más da la asignatura que imparta, pero será mejor eso a un abogado, pienso yo.
Y elegir a la persona, informarnos por cada persona que se presenta, y no al partido, el partido ya se formará después, cuando hayamos elegido a cada persona.
También, lo de La soberanía está en el pueblo no estoy del todo de acuerdo. Deberían ser, aquellos más sabios, aquellos que más saben y por supuesto, no avariciosos, aquellos que puedan aportar opinión. A ver, no vamos aquí a restringir el voto pero, al menos, ya que tenemos supuestamente la soberanía, ¿qué menos que no perjudicar a nuestro propio pueblo? Pregunto.
Este país está muy mal repartido, en unos puestos tan importantes como el representar un país, dirigir un país y que no caiga en la crisis, deberían estar los más inteligentes, mentes brillantes, los mejores. Y que no falte nunca, de buena intención y sin avaricia. 
Que ya nos habéis robado bastante, ¿no creéis que ya basta? Un alto al fuego por favor, que estáis cavando vuestra propia tumba. Que cuando todo el pueblo se levante, como en la Revolución francesa, o en la Ilustración, cuando pensadores como Rosseau, Voltaire, comenzaron a pensar por ellos mismos (cosa que sobre luego escribe Kant, y en lo que se basaron los de la Revolución francesa) todos vosotros, los políticos, los que ahí bien en vuestra nube estáis, os tiremos.
Pero qué bien se está en los sofás viendo el Clásico, ¿eh? Ojalá no nos toque vivir en la calle, desahuciados, como mucha gente de este país. ¿De verdad lo llamáis país? No le deis ese prestigio a esto.  

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