martes, 6 de noviembre de 2012

Sin un camino fijo, subidos a una cuerda floja.

Y no saber qué hacer, sin un camino fijo al que seguir y miles de desviaciones que poder coger. La única que quiero es aquella en el que el final estés tú y no que me separe de ti. Son miles de obstáculos que ponen frente a este camino, miles de trampas y de gente que quiere ver cómo caemos de esta cuerda floja. Y cuando por fin empezamos a pillar el truco a la vida, a saber sobrevivir sin problemas y sin que nadie nos desequilibre para caer justamente, en ese momento es cuando ya habremos muerto, pero ¿y después? Nadie lo sabe, prefiero no pensarlo, no es que me de miedo, simplemente no quiero pensar cuando comenzaré a pillar el sentido y la forma de vivir para así poder irme de aquí. No, no voy a ser como Becquer, que me quiera ir con sus huracanes y sus olas gigantes a la muerte como bien escribía en sus poemas, pero todos nos sentimos muy identificados con eso, pero no lo llevamos tan al extremo, si nosotros nos quejamos solamente por que un novio nos ha dejado, encima de que tenemos catorce años, y él muriéndose de amor, que a saber qué le pasó y simplemente lo expresa en sus poemas. Deberíamos, en vez de querer ser como las modelos, esas chicas objeto que solo las quieren por tener una buena delantera y trasera, podríamos fijarnos en gente como él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario