A vece me pregunto ¿Qué fue de Celia Gallego? Esa chica que siempre se levantaba con una sonrisa de oreja a oreja, la chica de cuatro añitos que quería tocar el piano, esa chica tan vaga que se lo ha pegado hasta a su mejor amiga. Sí, ¿Qué fue de esa chica? Ahora solo veo una adolescente apagada, sin brillo en sus grandes ojos negros, ni una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, ni esa dulce locura que desprendía, ni nada. Solo una chica insensible a todos los golpes.
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